Las palabras que callo se me acumulan en la cabeza y poco a poco me van asfixiando, preciso abrirles la puerta y no me basta con un papel. Exteriorizar significa exteriorizar, en el total sentido de la palabra y eso es lo que tengo intención de hacer. No importa que no guste, no importa si no hay comentarios, esto es solo una especie de charla con el psicoanalista, un ejercicio de descarga que hago público. Algunos se aburrirán, algunos sentirán compasión, o quizás vergûenza ajena, no lo sé, sea cual sea el caso... sientánse en total libertad de pasar de página. (Y sepan disculpar tanto ego)

domingo, octubre 10, 2010

La ciudad dormida va metamorfoseándose lentamente, preparándose para una nueva temporada estival. Ha cambiado tanto en estos años que casi la desconozco, ya no la siento mía, soy como una turista más.
La ambición desmedida le cambió la cara, ya no es un lugar de descanso, lo único que ofrece es nerviosismo, amontonamiento, incomodidad, ridícula superficialidad disfrazada de glamour. El sol es oscurecido por grandes edificios que roban su luz a viejas residencias familiares que aceptan resignadas el paso del tiempo, la llegada de la modernidad, y que algún día, cuando el patriarca pase al otro mundo correrá la misma suerte de aquellas que ya no están.
Qué pasó con mi viejo pueblo querido, mi pueblo de pescadores… Aquel donde todo el mundo se conocía, donde los niños podíamos cruzar la calle sin mirar, donde juntábamos luciérnagas en cualquier plaza y las playas estaban libres de basura y estupidez. Dónde están los bosques, los caminos de tierra, las tienditas vernáculas, el artista callejero? Hasta donde el progreso es provechoso, si nos cambia la cabeza? Si sacrificamos nuestro entorno para hacer más dinero, vivir con stress y descubrir que el lugar donde vivimos ya no nos pertenece.
Yo solo quiero que esta locura termine de una vez, quiero ver resurgir a la naturaleza, volver a ver a la gente sencilla que se conformaba con poner los pies en el agua mirando el atardecer, sin tecnología, sin disfraces, sin accesorios, quiero ver a mi pueblo con los ojos de la niña que fui ayer.

jueves, octubre 07, 2010

Sinceramente, le temo mas a los depredadores de letras que a un camion con semi-remolque...

viernes, octubre 01, 2010

Lo que dejamos para luego

Excusas, excusas, vivimos la vida (mas bien, perdemos la vida) poniéndonos excusas por no hacer lo que pensamos, lo que sentimos; que el frío, que el tiempo, que... Hoy nomás me encontré por casualidad con la última abuela que me queda; tiene 92 años... Ya vivió lo que tenía que vivir, ya dió todo lo que tenía para dar, ahora solo cuenta los minutos eternos de su soledad, los minutos que le quedan, presintiendo tal vez el momento en que el reloj llegará a cero; y pensé: debería estar más, debería dar más... Debería, debería, pero no, nunca pasa. Cuántas cosas tenemos en el debe... y la vida es corta y los afectos se van, tarde o temprano se van.