Las palabras que callo se me acumulan en la cabeza y poco a poco me van asfixiando, preciso abrirles la puerta y no me basta con un papel. Exteriorizar significa exteriorizar, en el total sentido de la palabra y eso es lo que tengo intención de hacer. No importa que no guste, no importa si no hay comentarios, esto es solo una especie de charla con el psicoanalista, un ejercicio de descarga que hago público. Algunos se aburrirán, algunos sentirán compasión, o quizás vergûenza ajena, no lo sé, sea cual sea el caso... sientánse en total libertad de pasar de página. (Y sepan disculpar tanto ego)

domingo, octubre 10, 2010

La ciudad dormida va metamorfoseándose lentamente, preparándose para una nueva temporada estival. Ha cambiado tanto en estos años que casi la desconozco, ya no la siento mía, soy como una turista más.
La ambición desmedida le cambió la cara, ya no es un lugar de descanso, lo único que ofrece es nerviosismo, amontonamiento, incomodidad, ridícula superficialidad disfrazada de glamour. El sol es oscurecido por grandes edificios que roban su luz a viejas residencias familiares que aceptan resignadas el paso del tiempo, la llegada de la modernidad, y que algún día, cuando el patriarca pase al otro mundo correrá la misma suerte de aquellas que ya no están.
Qué pasó con mi viejo pueblo querido, mi pueblo de pescadores… Aquel donde todo el mundo se conocía, donde los niños podíamos cruzar la calle sin mirar, donde juntábamos luciérnagas en cualquier plaza y las playas estaban libres de basura y estupidez. Dónde están los bosques, los caminos de tierra, las tienditas vernáculas, el artista callejero? Hasta donde el progreso es provechoso, si nos cambia la cabeza? Si sacrificamos nuestro entorno para hacer más dinero, vivir con stress y descubrir que el lugar donde vivimos ya no nos pertenece.
Yo solo quiero que esta locura termine de una vez, quiero ver resurgir a la naturaleza, volver a ver a la gente sencilla que se conformaba con poner los pies en el agua mirando el atardecer, sin tecnología, sin disfraces, sin accesorios, quiero ver a mi pueblo con los ojos de la niña que fui ayer.

5 comentarios:

Damian! dijo...

ouch
T.T
Maravilloso.
Tantos aparte también veo que el mundo se modificó, que no se manejan los códigos, que no se piensa ni actua como antes, está todo tan parafraseado, tan modificado, pasa allá en tu pueblito Uruguayo, y pasa en mi barrio argentino, no hay códigos, pues, ya nadie juega a la pelota de vereda a vereda sin el miedo a que alguien te quite todo en un santiamén, ya mis chicos no juegan a la pelota si no es en red, ya no se celebra tanto la alegría, sino que se lloran más las tristezas...
cómo me hiciste erizar la piel morocha.
un beso gigante

Ais. dijo...

Sep... es triste, yo se que no se puede vivir aferrado al pasado pero... no era mas lindo?

Gracias, gracias por estar siempre.
Besotes,
Ais.

Salvatiere dijo...

Terminaremos todos buscando al final, ese recuerdo de maravillosa simpleza? tambien a veces ansio la vida sin este vértigo actual. Buen post.

Saludos

Agustín

http://salvatiereii.blogspot.com/2010/08/y-para-hernancito-ella-era-franoise.html

Ais. dijo...

Eso espero Agustin, ojala la gente algùn dia decida vivir la vida sin tanto artificio.
Gracias por leer.

Saludos!
Ais.

P.D Se extraña su poesia :)

Doamna care plânge dijo...

umm los tiempos cambian , pero las ciuddes asi , naturales , donde todos se conocen , son las mejores!